Y resulta que estaba yo totalmente endrogado por culpa de la insensated cometida a causa de haberme fabricados tres porritos, ricos, ricos, de una yeerba malaya cojonudissima, mmmmmmmmmmmmmmmmmmmm....
Despues de esto, la muerte, arggggggggg, je je. Bueno se trataba de la muerte de mi otro yo. Sí, resulta que hay veces en que me desdoblo. Es como una sensacion de cosquilleo de todo el cuerpo que en un momento y sin apenas darte cuenta, oye, te desdoblas. Es como un clon tuyo al que te sientes unido como con un cordon umbilical. Curiosamente esta sensacion te permite ver, oir y sentir cosas que hasta ese momento eran inimaginables para ti.
De pronto uno empieza a ver cosas anormales dentro de una normalidad cotidiana. Hay personas que adquiern formas y texturas curiosas. Entre tanta curiosidad me encontre con un molusco. Pero no era un molusco normal, nó, era un molusco con alias. Le llamaban pecador. El gran molusco pecador. Feo donde los haya, claro, pero era un singular molusco. Me contaba que estaba bastante harto de comer siempre lo mismo, de beber siempre los mismo. En verano rasurado y en invierno se dejaba crecer el pelo. Ese pelo rizado y negro que vuelve locas a todas esas cabezas que no saben articular palabra y que solo saben escupir. Bueno, le dije yo. No estaria muy preocupado yo por eso. A mi me gustas, de hecho te haria el amor aqui mismo.
Y dicho y hecho. Me introduje en el gran molusco pecador. Era como todos. Me gusto bastante. Me gusto repetir. Me gusto lamerlo y joderlo. Me gusto tocarlo y olerlo. Me jodio quedarme sin el. Dos calles mas abajo se encontro con un individuo curioso que tambien se introdujo en el...
Era un molusco pecador, no tenia ninguna duda. Bueno... creo que voy a llamar a mi amiga malaya. A bur Ben-hur.
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